El trastorno bipolar, también llamada enfermedad maníaco-depresiva, es una enfermedad del cerebro en la que existe una alteración de los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Las personas con un trastorno bipolar tienen cambios desproporcionados del estado de ánimo que no guardan ninguna relación con los acontecimientos de la vida.
Las personas con un trastorno bipolar pueden tener episodios maníacos (en los que se sienten muy felices y animados y mucho más activos que de costumbre), episodios depresivos (en los que se sienten tristes y deprimidos y mucho menos activos) o episodios “mixtos” (en los que coinciden una mezcla de los síntomas maníacos y depresivos).
Estos episodios maníacos, depresivos o mixtos provocan síntomas de duración variable y, tras la recuperación de la crisis, el estado de ánimo se normaliza y los síntomas desaparecen prácticamente por completo; estas fases de remisión se denominan de eutimia.
El trastorno bipolar se diferencia claramente de los altibajos que experimentan todas las personas (días buenos y malos). El trastorno bipolar y sus síntomas influyen en las relaciones con las parejas, familias y amigos y también en los objetivos personales.
Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) existen cuatro subtipos diferentes de trastorno bipolar:
1º-tipo I,2º-tipo II, 3º-ciclotimia y 4º-no especificado.
El tipo I es la forma clásica, compuesta por fases de manía, fases de depresiones intensas y fases mixtas y lo que le caracteriza es que la persona debe haber tenido, por lo menos, un episodio maníaco.
El tipo II es en el que existen depresiones intensas, pero las fases de euforia son menos importantes (se denominan hipomanía) y por ello los pacientes con un trastorno bipolar tipo II carecen de episodios maníacos o mixtos.
La ciclotimia son fluctuaciones más leves del estado de ánimo, con episodios hipomaníacos y episodios de depresión leve o moderada.
El trastorno bipolar no especificado es un "cajón de sastre", en el que se incluyen los casos que no encajan en otras categorías diagnósticas; es decir, cuando la persona parece sufrir claramente algún tipo de trastorno bipolar, pero no cumple los criterios de alguno de los subtipos mencionados.
La ciclación rápida se refiere a la presencia de cuatro o más episodios al año. Estos episodios pueden presentar cualquier combinación de maníaco, hipomaníaco, depresivo o mixto.
Las personas con un trastorno bipolar pueden tener episodios maníacos (en los que se sienten muy felices y animados y mucho más activos que de costumbre), episodios depresivos (en los que se sienten tristes y deprimidos y mucho menos activos) o episodios “mixtos” (en los que coinciden una mezcla de los síntomas maníacos y depresivos).
Estos episodios maníacos, depresivos o mixtos provocan síntomas de duración variable y, tras la recuperación de la crisis, el estado de ánimo se normaliza y los síntomas desaparecen prácticamente por completo; estas fases de remisión se denominan de eutimia.
El trastorno bipolar se diferencia claramente de los altibajos que experimentan todas las personas (días buenos y malos). El trastorno bipolar y sus síntomas influyen en las relaciones con las parejas, familias y amigos y también en los objetivos personales.
Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV) existen cuatro subtipos diferentes de trastorno bipolar:
1º-tipo I,2º-tipo II, 3º-ciclotimia y 4º-no especificado.
El tipo I es la forma clásica, compuesta por fases de manía, fases de depresiones intensas y fases mixtas y lo que le caracteriza es que la persona debe haber tenido, por lo menos, un episodio maníaco.
El tipo II es en el que existen depresiones intensas, pero las fases de euforia son menos importantes (se denominan hipomanía) y por ello los pacientes con un trastorno bipolar tipo II carecen de episodios maníacos o mixtos.
La ciclotimia son fluctuaciones más leves del estado de ánimo, con episodios hipomaníacos y episodios de depresión leve o moderada.
El trastorno bipolar no especificado es un "cajón de sastre", en el que se incluyen los casos que no encajan en otras categorías diagnósticas; es decir, cuando la persona parece sufrir claramente algún tipo de trastorno bipolar, pero no cumple los criterios de alguno de los subtipos mencionados.
La ciclación rápida se refiere a la presencia de cuatro o más episodios al año. Estos episodios pueden presentar cualquier combinación de maníaco, hipomaníaco, depresivo o mixto.
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